Los derrotistas

Si no puedes con el enemigo, únetele.
Los derrotistas no hemos sido derrotados aun. Tampoco tenemos la certeza de que lo seremos. Sin embargo, creemos firmemente en que hemos de ser derrotados al final. Esa es nuestra virtud en la lucha, por eso siempre nos hacemos para un lado y volteamos la cara. Reconocemos y proclamamos nuestra inferioridad, que nunca ha sido numérica, sino de capital moral: nunca creeremos tener lo necesario para triunfar en la lucha. Nos faltan el valor y las ganas. Nos sobra la conformidad y, aunque no nos satisfaga, no estamos dispuestos ha abandonarla por nada. Por esto, precisamente, no promoveremos nunca la crítica, que bien puede llevarnos a la confusa reflexión de que la necesidad de un cierto cambio reclama una postura resoluta y activa. Y es también por esto que censuramos a todos aquellos que solo saben criticar. Aquellos individuos que protestan constantemente serán siempre un fastidio para el buen orden de una sociedad. El activismo que se dice revolucionario, y que suele acompañar a los que tanto critican, nos resulta una burda obscenidad.
No se piense que somos reaccionarios. Admitiremos siempre la posible necesidad de un cambio, de algo nuevo, de mejorar la interacción social, siempre y cuando no nos quede otra salida. Somos luchadores tímidos, no nos cuesta admitirlo públicamente y, por tanto, no haremos nada que promueva una solución radical. El cambio debe ser mínimo o es una locura, una vana idea destructiva disfrazada de bondad. Solo la sumisión, la vergüenza y la humildad han podido corregir las miserias conjuradas por los utopistas revoltosos del pasado. Esas tres son las virtudes de quienes verdaderamente trabajan en favor de la humanidad.
Además, declaramos que toda revolución es un fraude, pues solo los poderosos pueden alcanzar y ostentar el poder, liderando así una verdadera revolución constante e imperecedera. Solo los más poderosos pueden revolucionar el mundo, el resto de nosotros solo debe disfrutar de la buena vida que estos nos permiten y proveen. Aun cuando no nos convenzan, siempre nos rendiremos ante su poder. Oponerse a los poderosos es promover el caos, puesto que solo junto a ellos compartiremos fracciones del poder. ¡Bajo su mando y su autoridad seremos libres! Por eso el verdadero derrotista nunca estará solo, siempre habrá un poderoso que lo sustente.
Mas si el deber nos empujara a la lucha, si la necesidad es tal que haya que cerrar el puño y levantar la frente, así lo haremos también, vacilando brevemente. Lucharemos junto a los más fuertes, acatando sus órdenes y levantando su bandera. Solo así tendríamos posibilidades de no fracasar. Solo de este modo, el cambio puede ser digno de la lucha y el miedo a la derrota el mejor motivador. La alianza efectiva entre los derrotistas y los poderosos es el motor del progreso ordenado, real y positivo. Avalaremos siempre no sin reservas , toda lucha por preservar el poder y la gracia de vivir entre la civilización de los sensatos, fuertes y poderosos. Esto con la única excepción de cuando nos resultase evidentemente inmoral. En esos momentos de prueba, cuando los poderosos no logran desembarazarse de su inocente corrupción, nosotros, aferrándonos a nuestra sincera actitud derrotista, confiaremos en la pronta auto-restauración de la disciplina de nuestras autoridades. No será difícil oponerse a su inmoralidad, manteniéndonos callados y mirando hacia otra parte. Y es que luchar contra el orden, por inmoral que parezca, es propiciar el desorden y acelerar el fracaso. Los derrotistas lo sabemos muy bien, y por esta razón, les permitiremos a los poderosos hacer todo cuánto deseen y les dejaremos pasar sin reproches cada uno de sus errores. Todo esto y más permitiremos por el bienestar y sana convivencia de todos. ¡Por el progreso de nuestra civilización! Por estas y otras razones, a los grandes y poderosos sobre quienes recae la autoridad, el orden y el bienestar, nosotros los derrotistas, no nos opondremos en nada jamás.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

¿Seremos idiotas?

O somos (verdaderamente) libres
o somos (verdaderamente) idiotas,
pero nunca seremos las dos cosas a la vez.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Mañana

Hoy
pudiera ser
ayer
y
tal vez
lo sea

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Certeza y lógica

Si ser humano fuera ser hipócrita,
inevitablemente, 
y siendo humano yo,
inevitablemente también,

entonces,

                 ya no quisiera serlo desde nunca.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.